Lo que tradicionalmente se conocía como su reliquia, hoy se sabe que no es tal, sino una «Mariofanía», es decir, una «Manifestación de la Virgen Viva».
Los únicos casos de apariciones en el mundo en los que la Virgen ha dejado, no solo testigos sino también constancia física, son Guadalupe (1531) en México y Coromoto (1652) en Guanare, Venezuela.*